Cuando los okupas son gente bien

Estoy viviendo en mi propia piel, cada vez más sensible, un proceso de "elitización" de mi barrio. Hasta ahora ha sido un lugar para todos: comercios familiares entre los que no hay una sola franquicia, cervezas a 1 Euro, copas por la noche a un precio razonable y con mucho ambiente, gente modesta y gente bien comparten tapas y veladores...

Pero los tiempos están cambiando. Sin que el barrio se esté degradado (faltaría más), han empezado a oirse voces a favor de un modo distinto de vivir. Voces de los sectores bienpensantes (una asociación de vecinos, en este caso, que no representa a nadie que conozca) que claman por un barrio a su medida. El primero de sus éxitos ha sido suprimir un mercadillo de animales que se hacía tradicionalmente el domingo. El argumento falaz: los bichos son sucios y pueden contagiar enfermedades. La excusa a huevo: la gripe aviar y la prohición de los mercados de aves vivas. La prueba de que se les ve el plumero: las aves eran sólo una parte del mercado y no hay pruebas de la transmisión de la gripe a través de las tortugas, de los perros, de los gatos... Pero la prohibición se ha extendido a cualquier bicho. La prueba de que están del lado de los buenos: las fuerza del orden público han registrado a cualquier persona que accedía a la zona y han impedido la entrada de animales.

Otra vuelta de tuerca: Mi encantador barrio es objeto de un plan urbanístico que va a mejorar absolutamente la zona. Se van a acabar el tráfico y el ruído, se van a poner árboles y bancos, la pavimentación va a ser con materiales caros y muy new age....

¿Que cuál es el problema? El problema es que la remodelación del barrio no va hacerse sin dejar algunos cadáveres por ahí. Y todos los cadáveres son de la misma clase social. La suspensión del mercado de animales ya ha ocasionado pérdidas a vendedores que sacaban algunas pelillas con un esfuerzo importante. Las obras de mejora (previstas para dos años) van a poner en serio riesgo de supervivencia a pequeños comerciantes que a duras penas ganaban para cubrir el alquiler vendiendo zapatos a 18 Euros.

Puedo imaginar (lo he visto antes) que en unos años mi zona, "de arraigo popular", va a convertirse en una zona de élite. Veladores con manteles, café a 3 euros y alquileres impagables. Boom inmobiliario, bolsos loewe y fruncimientos de nariz cuando aparece alguien con tejanos agujereados.

Y lo peor de todo. Hay alguien (léase concejales, promotores inmobiliaros) que lo sabe, que tiene poder y que sabe que todo esto va a pasar. Que quiere que pase a costa de un tipo de gente como nosotros. Y no sólo lo sabe, sino que se calla porque más vale no contar cómo va a acabar esto, no sea que "el pueblo" se mosquee.