Estupidez y selección sexual
Mi interés por la inteligencia colectiva va parejo a mi fascinación por la estupidez del mismo signo.
Resulta incongruente que una especie capaz de inventar el alfabeto (y los garbanzos con bacalao) sea capaz, por ejemplo, de producir la televisión que sufrimos y los políticos que nos gobiernan. O no somos los mismos y es hora de dejar el nombre de homo sapiens para algún antecesor o comportarnos como estúpidos, contra cualquier sentido "evolutivo", encaja en el orden normal de la naturaleza.
Resulta incongruente que una especie capaz de inventar el alfabeto (y los garbanzos con bacalao) sea capaz, por ejemplo, de producir la televisión que sufrimos y los políticos que nos gobiernan. O no somos los mismos y es hora de dejar el nombre de homo sapiens para algún antecesor o comportarnos como estúpidos, contra cualquier sentido "evolutivo", encaja en el orden normal de la naturaleza.
Hace un tiempo la lectura de El relojero ciego (Dawkins, R.) despertó una luz en mi cerebro. Vale sólo es una metáfora, pero también los biólogos evolucionistas se han enfrentado con dar una explicación racional a las desafiantes colas de los pavos reales que son un riesgo desde el punto de vista de la supervivencia. El caso es que semejante estupidez colectiva (como especie) de los pavos reales se explica como resultado de un tipo específico de selección en el que la población presenta, tanto en machos como en hembras, genes de cola larga y de preferencia de cola larga. En una población así la estupidez (longitud de la cola) aumenta vertiginosamente hasta que la selección natural "toma cartas en el asunto" (vamos, que más allá es inviable por cuestiones de supervivencia).
Los que saben, cuentan así el mecanismo:
La evolución puede quedarse atascada en un bucle de retroalimentación positiva. Otro modelo para explicar las características sexuales secundarias es el modelo de la selección sexual desbocada. R. A. Fisher propuso que las hembras pueden tener una preferencia innata por algún rasgo masculino antes de que aparezca en la población. Las hembras se aparearían con los machos que muestran el rasgo. La descendencia de estas parejas tienen los genes tanto del rasgo como de la preferencia por el rasgo. Como resultado, el proceso aumenta como una bola de nieve colina abajo, hasta que la selección natural lo detiene. Suponga que las hembras de ave prefieren a los machos que tengan las plumas de la cola más largas que la media. Los machos mutantes con plumas más largas que la media producirán más descendencia que los machos con plumas cortas. En la siguiente generación, la longitud media de la cola se incrementará. A lo largo de muchas generaciones, la longitud de las plumas aumentará porque las hembras no prefieren una longitud de cola específica, sino una cola más larga que la media. Finalmente, la longitud de la cola aumentará hasta el punto en el que el riesgo para la supervivencia iguala al atractivo sexual del rasgo, y se establecerá un equilibrio. Tenga en cuenta que el plumaje de los machos en muchas aves exóticas es a menudo muy llamativo y, de hecho, muchas especies tienen machos con colas muy largas. En algunos casos, estas plumas se pierden tras la época de apareamiento.
En nuestro caso el aumento exponencial de las tonterías podría explicarse por una población en la que está instalado el rasgo jeta (i.e. periodistas y políticos muy bien dotados para la estupidez) con otro rasgo adicional que le proporcionara retroalimentación positiva. La discusión es cual es ese rasgo. Los pretenciosos piensan que el rasgo complementario es que la población (nosotros, el vulgo) es más bien idiota. Sin negar que el rasgo está presente en algunos humanos, es evidente que la gente normal, a poco que rasques, tiene mucho más sentido común que la gente pública. Apostaría que el segundo rasgo, en nuestra cultura, es disponer de una corte de pelotas, meapilas, controladores de audiencias televisivas y empresas que hacen encuestas de opinión a la población.
El problema es que, si la metáfora se ajusta, es previsible que la imbecilidad siga aumentando hasta que haya una catástrofe.
Pensando gracias a la traducción "en abierto" .
Gracias :)
Los que saben, cuentan así el mecanismo:
La evolución puede quedarse atascada en un bucle de retroalimentación positiva. Otro modelo para explicar las características sexuales secundarias es el modelo de la selección sexual desbocada. R. A. Fisher propuso que las hembras pueden tener una preferencia innata por algún rasgo masculino antes de que aparezca en la población. Las hembras se aparearían con los machos que muestran el rasgo. La descendencia de estas parejas tienen los genes tanto del rasgo como de la preferencia por el rasgo. Como resultado, el proceso aumenta como una bola de nieve colina abajo, hasta que la selección natural lo detiene. Suponga que las hembras de ave prefieren a los machos que tengan las plumas de la cola más largas que la media. Los machos mutantes con plumas más largas que la media producirán más descendencia que los machos con plumas cortas. En la siguiente generación, la longitud media de la cola se incrementará. A lo largo de muchas generaciones, la longitud de las plumas aumentará porque las hembras no prefieren una longitud de cola específica, sino una cola más larga que la media. Finalmente, la longitud de la cola aumentará hasta el punto en el que el riesgo para la supervivencia iguala al atractivo sexual del rasgo, y se establecerá un equilibrio. Tenga en cuenta que el plumaje de los machos en muchas aves exóticas es a menudo muy llamativo y, de hecho, muchas especies tienen machos con colas muy largas. En algunos casos, estas plumas se pierden tras la época de apareamiento.
En nuestro caso el aumento exponencial de las tonterías podría explicarse por una población en la que está instalado el rasgo jeta (i.e. periodistas y políticos muy bien dotados para la estupidez) con otro rasgo adicional que le proporcionara retroalimentación positiva. La discusión es cual es ese rasgo. Los pretenciosos piensan que el rasgo complementario es que la población (nosotros, el vulgo) es más bien idiota. Sin negar que el rasgo está presente en algunos humanos, es evidente que la gente normal, a poco que rasques, tiene mucho más sentido común que la gente pública. Apostaría que el segundo rasgo, en nuestra cultura, es disponer de una corte de pelotas, meapilas, controladores de audiencias televisivas y empresas que hacen encuestas de opinión a la población.
El problema es que, si la metáfora se ajusta, es previsible que la imbecilidad siga aumentando hasta que haya una catástrofe.
Pensando gracias a la traducción "en abierto" .
Gracias :)
2 Comments:
La estupidez no es tal, va asociada a intereses, en los seres humanos "socializados", programaditos, nada sucede al margen del interés, la tele estúpida, los políticos desastre, etc., tiene explicaciones de todo tipo, pero la mejor, creo yo, es la del interés, a algún grupo de personas les conviene la tele estúpida, para sus propios interese, estos no sé exactamenet cuáles son, pero desde vender algo, hasta concienciar a la gente de algo concreto. Aquí las colas largas de los pavos reales se tienen por intereses, conveniencias. :-)
Sí, Uno, por interés. Pero, como no soy de los que piensan que los poderosos-cabrones son más listos, pienso que tiene que haber algún mecanismo sencillo, y no consciente y planificado por su parte, para que siga aumentando la estupidez. Y sí, seguramente en favor de su interés.
Imagino que una "posible catrástrofe evolutiva" sería que las tonterías supusieran un riesgo grande para su supervivencia como grupo. Pero me temo que todavía tienen margen...
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