26.3.06

Adicciones, elefantes y figuras imposibles.

Las figuras imposibles son fascinantes.
El triángulo imposible, como su nombre indica, no se puede construir aunque, fotografiando otras figuras desde un ángulo adecuado, se puede conseguir una figura que tenga su apariencia. La cuestión es que para nosotros, los humanos, existe una ilusión de realidad que sólo puede ser contrarrestada con esfuerzo intelectual. La sensación de evidencia sensorial es tan abrumadora...
Hay quienes están seguros de que un triángulo imposible se puede construir en 3D y personas que creen, de verdad, que las adicciones son enfermedades. En este caso, la evidencia es "social": la televisión habla de nuevos síndromes (¡cuidadín con internet y con los juegos de azar!) con la complicidad de psiquiatras y psicólogos...
Cuando los expertos lo afirman y los medios lo repiten, hay que hacer un enorme esfuerzo intelectual para darse cuenta de que semejante afirmación no es más que una ilusión: hacer algo que no conviene no es una enfermedad; es un mal rollo, una tontería o un comportamiento inadaptado. Vamos: una cirrosis es una efermedad, pedir una copa (o veinte) es comportamiento.

Los expertos son como esos tres ciegos intentando ponerse de acuerdo en cómo averiguar qué cosa es un elefante que les dejan tocar: es un árbol, dice el que está tocando una pata; es una serpiente, cuenta el otro, que está examinando la trompa; es una cuerda, dice el último mientras palpa la cola.

Es legítimo que los ciegos (léase expertos), ante algunos elefantes, vayan apuntando en sus cuadernos que 'casi siempre se dan agrupados un árbol, una serpiente y una cuerda cuando el bosque tiembla'. Así, cuando varios miles de ciegos acumulen datos podrán hablar de agrupación de síntomas; de síndromes. Y -como soy buena- en este caso el síndrome tendrá correspondencia con el mundo real: el elefante existe, se ha hecho un gran descubrimiento, la ciencia avanza y todos tan contentos.

El problema es cuando los ciegos deciden primero que hay un elefante (léase enfermedad refiriéndose a una adicción) y entonces van registrando en sus cuadernos todas las cuerdas, troncos y serpientes que encuentran a su paso (léase todas las cosas que les pasan a los 'adictos'). Y, como encuentran material, acaban concluyendo que estamos ante una invasión de elefantes. Invisibles en el momento actual de la ciencia, como la genética de la ludopatía, pero para la que se acumulan los indicios.

PD: Con mi más sincera recomendación de no dejarse llevar por las evidencias aparentes...

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